domingo, 7 de octubre de 2007

Semana de la arquitectura de Madrid - OBSERVATORIO ASTRONÓMICO
























En el Cerrillo llamado de San Blas, en el extremo meridional de los terrenos del Buen Retiro, aislado por tapias, se encuentra este edificio, ideado, al parecer, por el célebre marino D. Jorge Juan y Santacilia, todavía durante el reinado de Carlos III, el cual vino a completar la zona de Madrid dedicada al cultivo de las ciencias, junto con el Jardín Botánico de 1781 y el Gabinete de Historia Natural, hoy Museo del Prado, de 1785. El proyecto del Observatorio, como el de esta última edificación y algunas del dicho Jardín, sería encomendado al arquitecto Juan de Villanueva, comenzándose las obras en 1790 y en el mismo solar donde se situaba un polvorín y un juego de pelota, los cuales tuvieron que desaparecer, y en las inmediaciones de la Ermita que había dado nombre al Cerro, destruida en 1812. La construcción fue muy lenta, debido a los problemas económicos y políticos de la época, aunque en 1808, al estallar la Guerra de la Independencia, debía hallarse casi concluido, a falta de algunas esculturas decorativas, el acristalamiento y el antepecho de coronación del edificio. Tiene planta cruciforme, con un pórtico hexástilo de orden corintio, desde el que se accede a un gran salón central y octogonal, con el que comunican cada uno de los brazos en los que se disponen las diversas piezas. Es interesante el sistema de circulación vertical, casi oculto al espectador, en torno al cuadrado en el que se inscribe la rotonda y constituido por dos escaleras de caracol, con diferente función. No obstante, lo más característico es su imagen exterior y, concretamente, el templete circular de orden jónico o tholos que corona la composición piramidal y cuya transparencia, como la del pórtico, contrasta con la opacidad de los demás cuerpos. Formando parte de este conjunto, frente al acceso principal, se creó un cuerpo de escaleras adosado al talud sobre el que se asienta el Observatorio, cuya masividad, desnudez y austeridad parece inspirada en la arquitectura oriental. Muy maltratado por las tropas francesas, que instalan allí una batería que domina Madrid y destruyen el telescopio principal, los daños de su fábrica fueron reconocidos por los discípulos de Villanueva, Santiago Gutiérrez de Arintero y Antonio López Aguado, quienes apremiaron al Ayuntamiento y a la Corona para su reparación. Sin embargo, ésta y la conclusión del edificio no se abordaron hasta muchos años después, bajo la dirección de Pascual y Colomer, quien obvió el proyecto original, en cuanto al remate de la cornisa con una barandilla isabelina y la adición de unos más que discutibles cupulines en la fachada principal. En 1974, la Dirección General del Instituto Geográfico encargó al arquitecto Antonio Fernández Alba la consolidación y restitución del Observatorio, lo que llevó a cabo dentro del máximo rigor histórico y arquitectónico, haciéndole acreedor del Premio Nacional de Restauración del Patrimonio Artístico en 1980.
Resumen histórico arquitectónico:

Inicio: Juan de Villanueva : 1790-1808
Conclusión y reforma: Narciso Pascual y Colomer : 1845-1847
Restauración: Antonio Fernández Alba : 1976-1979

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